sábado, 10 de marzo de 2012

Males menores.


Mis maldades.





Recién vengo de acompañar a mi hermano a la parada del colectivo, la cual consiste en un sucucho de chapa rodeado de pastizales, sobre Ruta Ocho. Una locura ponerse las sandalias con plataformón, pero no me quedó otra, caso de apuro…La cosa es que en esa esquina baldía ahora hay una cancha con muy lindo césped y se puede decir que es un espacio recuperado para el deporte sano. Nada más lejos de lo real, sin embargo: allí se dan lugar las más oscuras asociaciones que se puedan imaginar. Los “deportistas” son gente fracasada en sus delirios futboleros, dicho fracaso lo amenizan con litros y litros de cerveza. Algunos equipos son realmente patéticos: empleados contra jefes, empleados que invitan a un jefe y le tiran los mejores pases…(no me lo contaron, yo lo vi).Otros equipos de dudosa procedencia son los “amigos” contra amigos, puesto que  no existe la amistad en el futbol de canchita alquilada, ya no dejan participar del evento deportivo a cualquiera que se ofrezca a la ingrata posición del “ falta uno”, los partidos son meticulosamente programados porque los jugadores , al no ser profesionales, deben sortear muchos obstáculos : agenda, familia, trabajo, descanso…

No me gustan los equipitos improvisados con la lógica del “pan y queso” porque desde siempre dejaron afuera a los gordos, los putos, los rengos, los tímidos y “al chico pobre”, mediocre como los demás, pero sin dinero suficiente para el pancho, la coca y la cancha misma. Jugar de noche es más caro, además, por la gran cantidad de energía que demanda la potente iluminación que imitan los cánones televisivos y dan la sensación de escenificación, de evento. Los usuarios de este complejo deportivo, salvo excepciones, vuelven a sus casas en modestos vehículos, pero una o dos camionetas son de algún que otro jefacho, pequeño o mediano garca. Garca lo defino como la persona que tiene la mejor onda, las mejores intensiones, pero no dispone de tiempo para ejercerlas a causa de que todo lo ocupa en hacer guita ( poca o mucha, no importa el “romperse el orto laburando” para comprarse una camioneta fachera y muy cara…).Pero a pesar de la modestia de algunos jugadores, el ordenanza cree que anotar un punto para el equipo del “mejor” lo iguala de algún modo con el garca que odia pero desearía ser en recónditas fantasías.

Sí, les tengo una rara especie de bronca…no a todos los equipos, los pibes quedan más o menos a salvo de mi prejuicio. Pero los padres de familia…dudo que introduzcan a sus hijos con la misma pasión a la danza, el canto, el patinaje, la pintura, las lecturas…La mayoría deja “todo” por un rato y se imaginan que son mejores jugadores que los otros y anotar un punto los colma de placer…mientras la doña lucha con los hijos o los amantes, los peluqueros, los psicólogos, los supermercados chinos, la telenovela inverosímil…

Bueno, el destino quiso que una vez que el gordo se tomó el colectivo, una pelota volara, acompañada de un profundo UUUUhhhhh!!!!!, dicho a coro por el equipo damnificado. El balón cruzó la ruta poniendo en peligro el pasaje completo del 303 y el 365, quedó entre las ruedas de un vehículo particular y se estacionó en Chile y ruta ocho. Yo crucé en cuanto el tráfico me lo permitió y primero pensé en un gesto heroico: devolverles la pelota de una patada. Pero a medida que me aproximaba al balón comprendía que era imposible alcanzárselos de un solo envión y que sería un papelón mandarla de nuevo a la ruta…Además con las plataformas me era muy difícil caminar guardando la compostura a sabiendas de que veinte tipos me estaban mirando caminar de espaldas hacia la pelotita, con mi vestidito corto y mis tacones y lo único que escuchaba detrás era ¡la pelota!,¡ la pelota!...En fin, suma de todo y nada, tomé la pelota entre mis manos y les hice un gesto bastante evidente que vendría a significar “chau”, caminé doscientos metros hasta mi casa y salvo los gritos, nadie se dignó a correr por la pelota de cuero negro y naranja (después la vi bien) demostrando  así que el deporte es lo de menos en estos casos …

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