miércoles, 6 de junio de 2012

Hospital del horror.


                                                              
Dirección Hospital Domingo Mercante.

Doctora Eleonora Rossi:                                                                                                                                                                
Me dirijo a usted, en primer lugar, para expresarle mi agradecimiento por la paciencia y el compromiso del Doctor Diego Chimpentoledo , del  jefe de guardia de internación en pediatría y de todos aquellos que comprendieron que la salud también se construye desde las relaciones humanas.
Pero formalmente le solicito que tome nota de lo que pasa en su hospital: las cucarachas son desfachatadas, se pasean por las habitaciones de pediatría aun durante el día, las mamaderas de las cuales se alimentaron nuestros hijos esta semana estuvieron sin esterilizar, tampoco existe el lavado de manos, dos de los pilares básicos de cualquier protocolo hospitalario.En cuanto a la organización del espacio, es lamentable ver el hacinamiento en la antesala de la guardia de pediatría donde no solo conviven adultos y niños sino también cantidad de gente en situación de calle que ocupa los bancos en primera fila frente a la tv mientras las madres tenemos que permanecer de pie durante horas.Entretanto, grandes extensiones del hospital están desiertas. El personal de limpieza pasa una especie de escobillón seco por lo que el suelo es un caldo de cultivo.
Por un problema burocrático de IOMA, no tengo actualizado el carnet de la obra social razón por la cual me veo en la necesidad de asistir al hospital público.Como docente de la provincia de Buenos Aires creo en la educación y la salud pública y considero irresponsable cargar las tintas sobre la falta de recursos de la provincia, porque asumir la responsabilidad de estar al frente del hospital implica conocer las limitaciones a las cuales se está sujeto. Así como el hecho de que la educación pública sea fuertemente cuestionada, no me exime de enseñar, la crisis del sistema de salud de la provincia no es excusa para no curar. Y digo curar porque vine con mi hijo por una diarrea y le sacaron placas (muy malas también) de todo el cuerpo, pero solo me dieron una fotocopia con la dieta a seguir…a los dos días queda finalmente internado con bronquiolitis y me pregunto ¿Por qué pasar por alto la relación directa entre falta de higiene, hacinamiento y contagio intrahospitalario?
Otro aspecto a considerar es el trato frente los pacientes con enfermedades mentales a los cuales se los atiende en guardia por gente “que se da maña” sin formación de ningún tipo en la materia por lo cual prevalece la humillación y el maltrato físico por parte de médicos y enfermeros que actúan según lo que vieron en  películas. Sin la más mínima consideración, hace una semana, me ataron a una camilla como a una asesina serial, cuando sólo soy una persona estresada por el malestar de su hijo,el personal de la guardia de adultos me llenó de  insultos de índole discriminatorio como “negra de mieda” o “loca psiquiátrica”. Aún persisten los hematomas, los medicuchos de la guardia me humillaron, me retorcieron las manos, me pelliscaron las pantorrillas y me arrancaron los aros de plata y oro que nunca más me entregaron…tengo una infección en la oreja a causa de los tirones. Una verdadera pesadilla que tiene que trascender de lo anecdótico , cruzar las puertas del hospital.
Cualquiera con un mínimo de conocimiento de lo que son las organizacdiones, puede ver a las claras que en la disposición del servicio de guardia subyace una visión peyorativa de lo que es la población que asiste a su hospital público, dado que lo primero que con que se recibe a los niños es una puerta atrancada, tras la cual toman mate sin cesar los vigiladores que maltratan a los pacientes ya sea con gritos ,ya sea con insultos. Usted delega en el personal de seguridad la responsabilidad de determinar la urgencia de los casos y hasta la pertinencia o no de haber asistido a la guardia. Varios agentes de vigilancia fueron agredidos la semana pasada por madres cansadas de expresiones tales como “ Que se jodan por trolas”, “la guardia está para uno con la cabeza rota, una quebradura, no por un poco de fiebre”. Hay en el ambiente un clima de terror hacia la gente pobre que se traduce en el tono imperativo de enfermeras y el personal en general, parece que le temen a la extrema pobreza que han dejado atrás  y la presencia de un pobre les recuerda permanentemente que lo importante son los pequeños privilegios de tener sueldo y trabajo fijos. ¿Con qué derecho un médico, una enfermera, un camillero pueden castigar físicamente a los pacientes que hacen un reclamo totalmente válido respecto de la atención? ¿Por qué los asistentes sociales me ofrecieron pagarme un remis para ir y volver a mi casa y a la chica de la cama de al lado, con siete chicos, ninguno escolarizado, no le ofrecieron ni un paquete de fideos para llevarle a los hijos que según ella no comen hace días?
En este conglomerado de irregularidades hay aspectos que atañen directamente a la dirección del Hospital y si bien no tengo los fueros suficientes como para marcarle sus deberes, es mi obligación como miembro de la comunidad pedirle que revise estas cuestiones. El jefe de internación en pediatría  se excusó de la inoperancia del servicio con la frase “el 53 por ciento de la población no puede equivocarse”…
Más allá de las graves implicancias de este modo de expresión, lo concreto es que se le miente a los pacientes cuando dicen que no hay camas, cuando dicen que “hay retención de guardia” una expresión estrafalaria que se traduce sencillamente como la interrupción del servicio de la guardia de pediatría durante el mediodía, se le miente a la gente en lugar de comprometerse con la comunidad.
Para terminar, quisiera obtener una respuesta en relación a estos inconvenientes y sobre todo, quisiera que tome conocimiento de que su personal de enfermería y de seguridad, salvo excepciones, son gente mal educada y agresiva: mi hijo permaneció 24 horas con una vía abierta sin tapitas, a merced de cualquier infección, porque las enfermeras simplemente no se acordaron de cumplir la prescripción de retirarsela, tampoco le dieron la dosis que le correspondía del antibiótico el domingo al mediodía, a pesar de que gentilmente se los recordé.Por último quisiera saber los fundamentos por los cuales se restringe la presencia de los padres, por su condición de hombres, al horario de visita: a mi marido un enfermero le fisuró una costilla porque no quería separarse de su bebé.

                                                              Natalia Pamela Miraglio.

5 comentarios:

  1. Qué horror!!!!Leo y releo porque no lo puedo creer y me dan ganas de llorar de la bronca.
    Hiciste las denuncias?
    Imagino lo mal que lo habrás pasado,también tu bebé y me alegra que ya estén en tu casa.

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  2. Qué espanto! Es terriblemente angustiante. Me alegro de que ya estén bien y en tu casa ahora, pero qué horror la gente que queda ahí. ¿Mandaste esta carta? A toda la provincia deberías mandarla...

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  3. LA VERDAD Q ADMIRO TU VALENTIA NATY POR HABLAR SOBRE ESTO ME PARECE UN HORROR Q MALTRATEN ASI A LAS PERSONAS Q POR FALTA DE RECURSOS O PROBLEMAS BUROCRATICOS COMO LO Q PASASTE CON TU OBRA SOCIA TENES Q LLEVAR A TU SER QUERIDO AHI Y Q LO UNICO Q PEDIS ES Q TE LO AYUDEN,OJALA Q ALGUN DIA CAMBIEN ESTAS COSAS Q TODOS SEAN BIEN ATENDIDOS COMO CORRESPONDE.ME ALEGRO Q TU BEBE ESTE MEJOR.

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  4. Increíble la historia. Dejando de lado la tragedia, podría ser un excelente punto de partida para un guión de cine, si se pudiera llevar a cabo sería un éxito (podría ganar un Oscar).

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    1. Sí, es inverosímil lo que pasamos, yo también sentí por momentos una sensación de irrealidad, de profunda contrariedad con "lo posible", lo razonable. De hecho,todo me parecía una pesadilla...porque no conté todo en la nota:cómo Mariano se peleó con un enfermero que me dijo el primer día "si no le gusta váyase a un sanatorio".Pero la pelea fue porque lo trataron re mal, como una visita estilo carcelario y como no respondía a los gritos, lo sacaron como si fuera un borracho en un bar.Mariano los redujo de tal manera que las enfermeras temieron por su seguridad y le rogaron al jefe del servicio que no lo dejaran entrar, pero a esas alturas el hospital estaba dividido en dos bandos:según me dijo una vigiladora, están los que dicen que somos locos y los que creen que tenemos razón.A este último bando pertenece una sargento super embarazada que se ofreció a custodiarnos gracias a lo cual pudimos estar juntos los tres algunas horas.La sargento es una rubia preciosa que usa botas altas y calzas y su campera reglamentaria por la cual asoma terrible bombo.Ahí tenemos otra escena.
      Como no había cunas, había madres que llevaban más de doce horas con el nene a upa, el jefe de guardia me dijo:si vivís cerca y querés, traete la cuna de tu casa (el flete me cobró 80 pesos por trasladar la cuna quince cuadras hasta el hospital, al final se la regalé a un vigilador del bando amigo que esperaba un hijito para esa semana y no le había podido comprar la cuna).Cuando por fin nos dieron cama, en la habitación se produjo un gran descontento al parecer, pero lo comprendí tarde, porque les pareció pedante que llevara la notebook.Hablaban, como si estuvieran en un penal, de que ellas tenían prioridades porque habían llegado primero.Las tales prioridades eran: control de los canales de tv, control del uso de la única bañadera del piso, utilización de sillas y roperos.Cuando se quedaron sin monedas para seguir viendo tv, les pagué "la ficha" para que no se perdieran Floricienta que es como una droga para las mujeres.Si no fuera que conozco profesoras y escritores que la siguen "a muerte", diría que existe una relación directa entre Floricienta y pobreza.
      Necesitaba salir del hospital para hacer una compra indispensable con la tarjeta y como no confiaba en ninguna enfermera, le pedí a una compañera que lo ayudara a mi hermano si el nene lloraba.Cuando volví el bebé estaba dormido y mi compañera llorando porque no había podido comprar con la tarjeta de 80 pesos que le da el gobierno.
      Mi otra compañera era cartonera y estaba hacía una semana con el nene, dejando al resto de los siete chicos al cuidado del padre, observo que no come la comida sino que la guarda y cuando viene un hijo "mayorcito" se lo entrega a hurtadillas. Cuando le dan el alta, no tiene los cincuenta centavos que sale la fotocopia sin la cual no le firman el papel.A la semana paso por el hospital y la veo en la puerta fumando un cigarrillo, le pregunto que le pasó y se viene a internar con otro hijo, el más chiquito, de 8 meses.Cuando entro al remis el señor , que ya me conoce, me pregunta si soy algo de "ésa" y le digo que no,"ah" me responde, "porque esta vive acá".
      Mi otra compañera tiene 17 y su bebé de 8 meses parece de dos años.Todos la felicitan por el gordito, pero el médico la reta y le explica que si no controlan la dieta, el niño puede tener complicaciones como la que surgió, la mamá se defiende, entre tímida y risueña,diciendo que como a veces no tenían para la leche, le daban comida desde los tres meses," porque a veces teníamos que comer lo que sobra del puesto de choripanes..."
      Otro capítulo importante que habría que filmar es el seguimiento que hasta hoy me hacen los asistentes sociales del hospital para los cuales las problemáticas de la cartonera son invisibles...

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