domingo, 26 de febrero de 2012

Películas prohibidas.


PELICULAS, MUÑECAS Y PELUQUEROS.


Muñecas

El reparto de muñecas seleccionadas para el film toma sus roles no en función de un perfil (encanto inmanente, trayectoria, formación actoral, etc.) sino en relación a la apariencia y actitud que adoptan por contraste. Emperatriz y Soraya, por ejemplo, juntas o separadas tienen (quizá por ser articuladas) un porte esbelto y altivo, pero puestas en escena junto a la colosal Verónica, aparecen mezquinitas y apocadas (todo indica entonces que el destino de la Barbie no es la pasarela sino la humilde bandejita de criada).
El argumento del film surge de situaciones improvisadas por las muñecas aunque el guion definitivo es redactado por el director y sobreimpreso en la película.
Dada la naturaleza rígida de estas muñecas es necesario acentuar las caracterizaciones mediante el maquillaje, el vestuario y fundamentalmente, el peinado.

Peluqueros.
 Es lamentable, pero así como les debemos la muerte y resurrección de las actrices, también recae en ellos la culpa de infinitas frustraciones. Son ellos (y no los autores) los que marcan el límite de lo posible y lo inasible de la imaginación.
Otros retrocesos, ya no del orden retórico, son causados por esos peluqueros ávidos de celebridad: a veces discuten días enteros un peinado, quién peina a la Verónica, quién usa la tijera grande y quién a de conformarse con la chiquita.

 Banda de sonido.

El film toma su título del tema “Películas Prohibidas” de Mark Hamond. Dado que ni el director (mi hermano) ni yo comprendemos el inglés y de la “letra” de la canción solo sabemos la traducción del titulo, se cuenta la cantidad de sílabas de cada verso y se “rellenan” con una letra en castellano que respete el espíritu de lo que se sugiere…
Canción

 Ciudad ciega,
Cine films,
Films prohibidos
Cine vacío
Censura y miedo en el cine a media luz
Sentimientos ciegos en la ciudad sin sueños
Ciudad ciega, duerme la gente.
En el cine a media luz,
En el cine a media luz.

 Edición y montaje.

 El proyector Goldstar es manual, y las películas se enrollan en dos carreteles y se pegan con cinta adhesiva. El film está hecho de papel de calcar, lo que opaca bastante la imagen sobre todo si lo comparamos con las películas originales del proyector hechas como de papel celofán.
Los productores cortan el papel de calcar en tiras largas de un ancho aproximado de 4 cm., unen los tramos de papel con cinta (si fuera necesario) y se dibujan las viñetas, copiando poses y actitudes de las muñecas en escena. Después se les agregan globitos con el discurso de los personajes pues aun no gozamos de la tecnología del cine sonoro.

 Guión

Toma I. (Panorámica aérea del cine local).
 “A veces Verónica necesita olvidar su trágico pasado llevando a sus hijas adoptadas al cine local. En un gesto espontáneo entra tan decidida a dejarse llevar por la ficción que ni mira la cartelera.”

Toma II.
(Primer plano de Verónica con pañuelo a lunares en la cabeza)

  Verónica: _ ¡Qué raro, somos las únicas en esta sala!
Soraya: _ Señora, no creo que haya sido buena idea venir con las niñas.
Verónica: _ Nadie pidió tu opinión.

 Toma III.
(Travelling hacia el primer plano de las hijas de verónica y una figura masculina en escorzo).

 Las niñas a coro: _ ¡Tenemos miedo!

Toma IV.
(Perfil de Verónica y Soraya enfrentadas).
Soraya: _ Déjeme recordarle que yo le di a mis hijas porque usted es rica pero…
Verónica: _ ¡Cállate, estúpida!

Toma V.

(Primer plano del rostro de un hombre, un policía).
Policía: _ Tendrán que acompañarme a la seccional, están viendo una película prohibida.

Toma VI.
(Primer plano de Verónica tras las rejas).
“Próxima semana: Verónica presa.”

 Películas prohibidas.

Junto a la raza detestable de los peluqueros se encuentran los espectadores y los críticos. Nada los conforma ni los conmueve, siempre les parece corto el film, quieren más y lo quieren ahora. Solo consumen el relato y cuando se les pregunta, por ejemplo, “Que tal estuvo la Verónica”, te dicen “¿Cuál era?”
Algunas autoridades no entienden la película o la miran a la luz de vaya a saber uno qué criterios. Si la Verónica, en determinada circunstancia en la cárcel de mujeres, tuvo que dar un beso en la boca a Soraya, nunca falta La Madre que confisque el proyector e incluso destruya las películas. Estos actos de censura patoteril ya los conocemos de memoria y poco podemos hacer de momento puesto que grandes y fuertes instituciones avalan esta actividad. La medicina, el derecho civil, la educación pública y obligatoria sostienen la patraña autoritaria, la censura. A esa voz de mando que dice que hay que hacer la tarea, bañarse, o ir al almacén, le debemos no pocos retrocesos en la historia del cine.

1 comentario:

  1. Me encantó el blog... está muy bueno. Lo voy a compartir con mis alumnos.

    ResponderEliminar