miércoles, 15 de febrero de 2012

Teorías pendientes de comprobación.

Los teléfonos celulares no están diseñados para los usuarios:nosotros somos diseñados para encajar en ellos.¿Para que quería Internet en mi teléfono?Si fuera partera o corredora de bolsa quizás...La cuestión es que ahora adopté el estilo de vidita que me impone el aparato.Para colmo,cuando uno tímidamente amparado en un reglamento choto,restringe su uso, los estudiantes sienten que su libertad de expresión es vulnerada.Nadie protesta por la brutal estructuración que los ingenieros en comunicaciones y sistemas nos imponen, no tenemos herramientas teóricas como para cuestionar lo que subyace en cada apelación a la que respondemos cuando configuramos el ser en función de las "funciones " del teléfono. Pero argumentos boludos para sostener esta macroestructura sobran:por si me pasa algo, por si se presenta una emergencia bla bla bla.. Yo argumento que "el fascismo, no se define por lo que censura sino por lo que obliga a decir",es decir, como ya lo planteaba Cortázar cuando llama la atención sobre lo que significa que te regalen un reloj:nosotros somos los regalados a él.Si tal barbaridad hace con el ser un reloj...es de suponer que estar todo el tiempo conectado implica adaptar nuestra estructura de vida y de pensamiento al formato que emana de las grandes industrias de la diversión.

2 comentarios:

  1. Cuando vengas a casa deciles a mis hijos e hija que te teatralicen escenas sobre cuando mamita no quería tener ni celular ni banda ancha... :D

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  2. Sí, no es que uno quiera vivir en la Edad de piedra, pero se me quejan los estudiantes como si libertad de expresión fuera libertad para dejarse someter tranquilos.Además, fijate que la posesión de determinado modelo de aparato está sobrevaluada y funciona como índice socioeconómico entre los chicos.Casi todos tienen contratos con empresas de telefonía y contrajeron compromisos de pago a cambio de la seguridad de pertenecer.

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